25 de septiembre de 2014

Recuerdos

Papá, recuerdo de pequeña muchas historias que me contabas, pero ésta especialmente es la que más me gustaba, con tan corta edad, no lograba entender cómo podía suceder en una familia caso como el que la historia refleja, será por que yo, he tenido los mejores padres del mundo y lo de la historia es macabro, supongo que después de tantas historias como te inventabas, ya no sabías ni con qué entretenerme, jejejeje.

Ayer 24 de septiembre de 2014 que pasé todo el día con mamá y contigo en el hospital, estuvimos recordando la historia que a continuación relato, historia o el cuento, porque tiene más de cuento que de historia, además inventado por él, mi padre, cuánto me has hecho reir y cuantos besos te di ayer... Besos que ya no podré volver a darte más. Te extraño papá.



Cuento de niñez

Erase una vez dos niños hermanos, Periquito y Mariquita. Un buen día la mamá llamó a Mariquita y le dijo: Lleva la merienda a tu padre que está trabajando en el campo.

Allá iba Mariquita, llevando en las manos un recipiente con la comida camino de la viña donde estaba su padre, labrando la tierra. Cuando la niña dio la comida a su padre, éste quitó la tapadera que la cubría y Mariquita se sorprendió por que vio una mano, era la mano de su Periquito.

La niña comenzó a llorar y a lamentarse: ¡¡ayyyy… Pobre de mi periquito!!... Llorando estaba cuando se le apareció una señora de repente, era la Virgen y le preguntó: ¿Por qué lloras Mariquita?... La niña le respondió con sollozos ¡¡ “Porque mi madre ha matado a mi Periquito”!!…

-Siembra los huesitos de periquito alrededor del pozo- le contestó la Virgen.

Mariquita, cuando llegó a su casa, hizo lo que  le había dicho la señora que era la Virgen y  sembró los huesitos de su hermano alrededor del pozo que tenían en el patio, entonces para su sorpresa, apareció su Periquito con muchas “chuches” (caramelos, esponjitas, gominolas, chupa chups, pipas, estratos)…

Su madre al ver todo aquello le pidió a Periquito: ¡¡dame una “chuche” Periquito!! y le respondió Periquito: ¡no, pícaro-golosa que me mataste, no me comiste y no me lloraste!.

Se acercó entonces su padre y también le pidió que le diese una, a lo que el niño le contestó: No, picaro-goloso que no me mataste, me comiste y no me lloraste.

Llegado el turno de Mariquita, le preguntó a su hermano: Periquito: ¿Me das una "chuche"?...
y periquito en esta ocasión le dijo: Claro que sí Mariquita, ¡¡¡todas son para ti!!! porque no me mataste ni me comiste y si me lloraste.

                                                                                        Fin 

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