A un ser especial. Mi padre

DURANTE ESOS DÍAS DE HOSPITAL...

Un 14 de febrero del año 2013, después de recibir una nefasta noticia acerca de la salud de mi padre, pasaron por mi mente un sin fin de imágenes, sentimientos... entre ellos rabia y dolor...

Una vida que se apaga… que está ahí ahora y después no estará más…

Cuesta entender el significado de la misma; nacemos para emprender  un camino, el de unos es muy corto pero intenso o tal vez no tanto,  pero el de otros es más largo, tanto, que a veces no quisieran que se alargase demasiado en el tiempo, tal vez para no prolongar la agonía, otros preferirían ser inmortales, hay de todo...

Si me propusieran pedir un deseo en éstos momentos, para mí o para mi familia, pediría evitar todo sufrimiento, no quiero ver sufrir a ninguno de los míos….

Los días pasan, cumplimos años, envejecemos, casi sin darnos cuenta, porque nuestra mente se mantiene joven, activa y aunque el cuerpo se va resintiendo, aún podemos llevar una vida medianamente normal, más allá de los 80 años…
Por la mente discurren un sin fin de imágenes, de recuerdos de la infancia, de momentos vividos, de enseñanzas…Ese olor a campo, que de niña me embriagaba cuando me cogías en brazos para contarme esos dichos graciosos y con rima que solías recitar siempre al más pequeño de la casa y así uno a uno íbamos aprendiendo sin darnos cuenta la retahíla de tus enseñanzas que nos hacían reír a todos. En mí quedará para siempre el amor que muestras por los animales, esa dedicación tan exclusiva, tan paciente, tan entregada, con la que cuidas a esos tres galgos (ATILA- LIGERA- CENTELLA) que esperan con impaciencia, tu regreso... Ellos saben esperar, siempre esperan...

Se pasan por la mente  historias de tu juventud, que tantas veces repetías entusiasmado, tus hazañas, esos dichos populares que de pequeña tantas veces oí de tus labios…
Te miro y veo a un ser especial, un padre correcto, que siempre ha estado al lado de su mujer, de mi madre, dejándote  aconsejar en todo momento por ella, porque sabías que era lo que te convenía;  mi madre siempre ha estado cuidándote y dándote tanto amor... un amor incondicional, desinteresado, como es ella. El mejor regalo que pudo poner Dios un día en tu camino para poder darnos vida a nosotros, tus seis hijos... Nunca os vi discutir, habéis sido mi modelo a seguir como matrimonio, he querido dar ese ejemplo a mis hijos, de unos padres que se quieren y se respetan por sobre todas las cosas.

Me detengo a mirarte  y  voy perfilando con la mirada una a una las arrugas de tu rostro, estás mayor sí, pero con ganas de luchar y salir adelante, con ilusión por ver a tus animales, para comprobar que han estado bien atendidos por quienes les encomendaste con mucha insistencia la tarea de cómo debían cuidarlos en tu ausencia.

Estoy deseando escuchar ese acordeón que lleva días callado, reposando, esperando que lleguen esas manos sabias que lo hacen vibrar y sonar como nadie….

Espero y deseo que todos estos años vividos y los que aún te queden por vivir, sirvan para darte cuenta cuán querido has sido en tu casa, con los tuyos, con los míos, con los nuestros…

El legado que se queda al final, son los hijos, los nietos y biznietos... En ellos queda reflejado tu paso por este mundo,  en ellos están tus genes, tu apellido, tu esencia, tus dones, tus aficiones... y es un orgullo contar con todo lo que nos dejas, que es mucho…, siempre te llevaré en mi corazón y en mi pensamiento.

Tu paso por la vida hizo que conocieras a tus seis hijos, a tus diez nietos y a un biznieto, has de saber que todos tienen de ti, todos tenemos tuyo, eres nuestro y siempre lo serás.



Te quiero papá





 .






4 de octubre de 2014 nos dijo adiós...



Hasta siempre papá.